Alfredo y la Aromaterapia

Se dice que donde crece la capuchina desaparecen los pequeños parásitos destructores.

La capuchina es una planta activa contra el escorbuto, las irritaciones bronquiales y pulmonares, y las disfunciones renales.

En la Edad Media se le llamaba "sanguinaria" y se le atribuían virtudes hemostáticas. Hoy en día todavía se emplea en la curación de heridas, llagas y hemorragias. Muy útil en el sangrado de la nariz y hemorragias uterinas, que actúa contrayendo rápidamente el útero y detiene la sangre.

Los primeros medicamentos modernos, tal como hoy en día se conocen, comenzaron a producirse en el siglo XVI, a partir de las plantas se elaboraron los productos químicos.

 

Por ejemplo, el opio se aisló de la adormidera.

 

La emetina de la ipecacuana.

 

La aspirina de las cortezas del sauce.

 

Y la quinina del árbol de la quina.

Los beneficios de las plantas los podemos obtener tanto por uso interno como aplicando en la piel por distintos métodos.
Por vía interna los más comunes son:
El zumo, la tisana, el vino, la tintura y el jarabe.
En cambio en el uso externo podemos elegir entre:
Lociones, compresas, cataplasmas, baños, colirio, vinagres, gárgaras, irrigaciones vaginales, bálsamos y ungüentos.

Desde 1753, las plantas medicinales se catalogaron por familias, el precursor de esta idea fue Carl von Linné, sueco naturalista.

Se realizó en base a sus características químicas y físicas, las que eran similares entre ellas.