Alfredo y la Aromaterapia
Un Verano Ajetreado En Las Ferias
Cuando llegué a Onda, ya casi no podía andar y la pierna estaba muy hinchada.
Al ser un pueblo pequeño y en fiestas, no había médico.
Pero la vecina de al lado, una pareja que vendían minerales, me cuidaron todo lo posible y me dieron un masaje con aceite de romero que, eso si, tenía yo.
Ya cuando llegué a casa, con reposo y friegas de este aceite, en solo dos días, recuperé el estado normal de la pierna.