UN PASEO CON MI SOBRINA LAIA
Ayer tuve uno de esos días en los que no te apetece hacer nada en absoluto, dices voy a parar y paras.
Te sientas en el sofá y dejas que tu cuerpo sabio se recupere, lo intentas con la mente, con los pensamientos, pero no es tan facil, al final optas por observarlos y si sigues observando, caes en la cuenta de que es un mecanismo que sigue y sigue, y tú estás ahí, independientemente de ellos.
Al caer la tarde llamé a Laia para dar un paseo y no se lo pensó dos veces.
Así que me pasé por su casa y comenzamos a caminar carretera arriba hasta el Molí de la Reixa.
Una vez allí giramos a la izquierda bordeando el pueblo por las afueras.
El sol despedía el día y sus rayos eran más suaves y agradables para pasear, de tanto en tanto nos cruzábamos con personas que aprovechaban este momento, para disfrutar.
Siempre que hago estas pequeñas excursiones, me sorprendo a mi mismo por la sensación que experimento. A veces pienso en grandes viajes, como en visitar la India, pero estos micro viajes cercanos en la distancia y en el tiempo, es algo que todos tenemos a mano, y que si estás preparado, te aportan la máxima alegría para los sentidos.
Son estas pequeñas cosas las que hacen crecer en ti tu alma.
Hablé con mi sobrina durante el paseo de cosas, anécdotas y correrías que hicieron un momento muy alegre.
Por un lado de la montaña se puede observar el romero: https://bit.ly/2yEL1a0 es un arbusto recomendable para dolores musculares.
Un saludo,
Alfredo
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Descargo de responsabilidad: Esta información solo tiene el propósito de educar. Este post, no tiene la intención de curar, tratar, diagnosticar o prevenir enfermedades o heridas, deberá, ante todo, consultar a su médico.