A lo largo de la historia, los seres humanos han sido conscientes de los efectos que las plantas aromáticas han tenido sobre su mente, cuerpo y emociones.
Siempre olieron las flores y comenzaron pronto a tomar conciencia de las transformaciones concretas que las fragancias producían en ellos.
Cuando comenzó la civilización, se recopiló el conocimiento aromático en un cuerpo de sabiduría popular que se puede denominar aromaterapia mágica.
Sobre las plantas, ciertas personas las llevaban encima o las aspiraban para curar su cuerpo.
Los más costosos y aromáticos se ofrecían en sacrificio a los dioses y diosas.
A pesar de que su intención era la de agradar a la divinidad, el humo del incienso influía también en los adoradores.
Elevaba al momento la participación espiritual de los asistentes al rito.
Había aroma que aumentaba la energía física (bioeléctrica) del cuerpo.
Se descubrió que otras fragancias estaban estrechamente vinculadas con propósitos mágicos concretos, como amor, curación, conciencia psíquica, purificación y sexo, y eran aspiradas en los rituales importantes destinados a utilizar estas energías.
Estas prácticas siguen vigentes y de ellas procede el empleo de los aceites aromáticos y del incienso entre las personas y en las ceremonias mágicas.
La aromaterapia mágica es una rama lateral de la aromaterapia holística.
Se practica en solitario.
Sus finalidades son muy amplias.
En este contexto que te hablo, para mi, la aromaterapia mágica es el movimiento de las energías sutiles y naturales destinado a producir el cambio que se necesita.
Es una especialización de este arte antiguo.
Resumiendo, el operador visualiza un cambio específico y necesario como, por ejemplo, una relación amorosa o el éxito en los negocios.
En el próximo email te voy a revelar este método sencillo, como se realiza.
También los aromas determinados para según que fines quieras lograr.
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Nos leemos en el próximo email.
Alfredo