ACEITES ESENCIALES. PRINCIPIOS ACTIVOS.
Los aceites esenciales tienen una alta concentración de principios activos y con unas cuantas gotas es suficiente para obtener cierta versatilidad en cualquier preparación de mezclas.
Confieren a bálsamos o aceites destinados a masaje un perfume y cualidades terapéuticas únicas y además actúan como conservante del producto final.
Se añaden a las preparaciones en el último momento, en frío, ya que el calor volatiliza las propiedades.
Cuando se añaden, se mezclan bien con el resto, ya sea aceite, jarabe, crema, etc. y se cierra el envase.
Los aceites esenciales son solubles en aceite y deben guardarse sin luz y aire, para no perder cualidades.
Los a. e. deben ser puros.
Son oleosos volátiles que se extraen de los vegetales de diversas maneras, la más común es la destilación al vapor.
Están compuestos de fenoles, terpenos, alcoholes, etc.
Siempre fueron considerados antisépticos, esto ya lo sabían los egipcios antiguos, ya que conservaban las momias recubriendo los cadáveres con resina y aceites esenciales.
Los antiguos usaban las esencias para prevención y cura de las epidemias como la peste de Atenas, combatida por Hipócrates con difusiones de humo de esencias.
Se conocen también las propiedades antiparasitarias desde entonces.
Por ejemplo, las esencias de limón, espliego, lavanda, naranja y niaouli son superiores al fenol en cuanto a su poder antiséptico.
La esencia de tomillo es más antiséptica que el agua oxigenada y al permanganato de potasio.
Debido a su alta acidez explica también en cierto modo, sus propiedades bactericidas.
Casi todas las esencias poseen propiedades antitóxicas y antivenenosas.
En los casos de llagas infectadas y quemaduras, neutralizan las toxinas micróbicas y contienen la degeneración del tejido.
Otros poseen propiedades antirreumáticas y anti neurálgicas, al disolverlos en el baño o bien en ungüentos.
Es el caso de la lavanda, el romero y el enebro.
Al aplicar esencia sobre la piel, influye en los órganos más profundos.
AROMATERAPIA. MENOS, ES MÁS
Se propagan excelentemente sobre la epidermis y llegan a la circulación sanguínea y a varios órganos, se eliminan por los riñones y pulmones, cediendo a estos sus propiedades antiespasmódicas, desinfectantes o estimulantes.
Otros aceites esenciales como el ciprés, malva, salvia, verbena, ginseng y hiedra tienen además propiedades hormonales y actúan para bien en las glándulas suprarrenales, los ovarios, el tiroides, etc.
Por ejemplo, la esencia de ciprés sobre la hormona ovárica y el pino es un estimulante cortico-suprarrenal.
Dinamiza la glándula endócrina.
La esencia de hisopo, al eliminarse por los pulmones, estimula la secreción del moco tras fluidificarse, y elimina los espasmos bronquiales.
A menudo, utilizando menor dosis de aceites esenciales se obtiene mejor resultado y menos, es más.
Esto es parecido a lo que sucede con la homeopatía.
Según la edad y el peso de una persona, se debe suministrar la dosis.
Normalmente se administra 1 gota por cada 25 kg de peso, 3 veces al día y durante un mes, aunque esto es relativo, claro.
En los casos agudos será suficiente unos pocos días de tratamiento.
Alfredo
Fuente: El botiquín de las hadas (Clara Castellotti)
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Descargo de responsabilidad: Esta información solo tiene el propósito de educar. Este post, no tiene la intención de curar, tratar, diagnosticar o prevenir enfermedades o heridas, deberá, ante todo, consultar a su médico.
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